Es difícil escribir con el sueño en los ojos
pegado a los párpados de abajo
como dos bolsas negras
pesadas
profundas
como dos sacos contenedores
de un sinfín de noches
insomnes
Es sencillo delirar con el sueño en la mente
escondido bajo el pelo
tras la frente
como dos cejas peludas
traviesas
invisibles
como dos helices propulsoras
de un sinfín de disparates
sonámbulos
Es imposible escapar del sinsentido
que nace en las manos
de entre los dedos
cuando
adormilados
presionan el teclado
mientras los ojos
par-par-pa-deeee-an
y muy
des-pa-cio
sin darse cuenta
se
cie-rran
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